Humana Integra, la empresa de inserción laboral promovida por Humana Fundación Pueblo para Pueblo, acaba de incorporar a dos personas más a los itinerarios que desarrolla. Se trata de Evelin Martínez y Carla Rivera, que se han sumado al equipo de las tiendas secondhand de Marcelo Usera, 70, y Ronda de Atocha, 16, respectivamente, en Madrid.

Evelin y Carla tienen por delante un plan personalizado de seis meses para formarse y desarrollar todas las funciones propias del punto de venta de textil. Ambas vienen derivadas del Área de Servicios Sociales del distrito de Legazpi. Su situación personal era similar: desempleadas, con un hijo pequeño a su cargo y con dificultades para acceder a un puesto de trabajo.
Humana Integra define itinerario de inserción como aquel proceso personalizado de orientación, formación en el puesto de trabajo e integración en el mundo laboral, previa capacitación de la persona. Su estructura es la siguiente:
- Contacto y derivación de beneficiarios hacia el itinerario, en este caso, a través de los Servicios Sociales de Legazpi
- Análisis de cada caso
- Plan de formación y trabajo y seguimiento, iniciado ya en las tiendas Humana
La experiencia en Ronda de Atocha
Carla Rivera tiene 33 años, es boliviana y lleva cinco años viviendo en Madrid. En su país natal estudió Derecho y, ya en España, inició un máster especializado en medio ambiente que no ha podido terminar porque tiene pendiente el trabajo final. La interrupción fue por una causa feliz: el nacimiento de su hijo, que ahora tiene 16 meses.
Carla acudió a Servicios Sociales donde le informaron de la labor de Humana Integra. “Conocía la Fundación, no en vano había donado ropa en los contenedores y fui clienta ocasional de una tienda”, explica, “pero no en Madrid sino en Barcelona, donde me encontraba de visita”.
Había tenido una experiencia laboral previa en punto de venta, fue en Bolivia hace años, pero su proceso en Ronda de Atocha ha sido como empezar de cero. “Estoy muy contenta”, confiesa, “he sido muy bien recibida por todo el equipo. La verdad es que me encantaría seguir trabajando en Humana”.

Carla asume cada una de las funciones propias de una tienda: desde la atención al cliente hasta la gestión de las prendas (preciado, etiquetado, perchado) dentro del establecimiento. Silvia Alcalde, su responsable, señala: “Estamos encantadas de que se haya incorporado a nuestra tienda. Participar en un proceso de inserción laboral nos llena de felicidad, me enriquece, me aporta muchas cosas”.
“La experiencia es muy positiva”, incide Alcalde, “nos encanta enseñarle los procesos que llevamos a cabo. Lo estamos haciendo con mimo y sin precipitarnos porque queremos que Carla se empape de los detalles, que tenga los conceptos muy claros, que no se agobie y que salga muy bien preparada. Ojalá éste sea el primero de muchos otros procesos”.
Sensaciones similares en Marcelo Usera
El sentimiento que reina en la tienda Humana de la calle Marcelo Usera es idéntico. Su responsable, Carmen Cespedosa, explica que Evelin Martínez “se ha adaptado muy bien”. “Es tímida y dedica mucho esfuerzo en todo lo que hace, pone atención y se involucra sin dudar”, añade, “estamos aplicando un proceso progresivo de aprendizaje: poco a poco va aprendiendo nuevas funciones. Desde luego está muy integrada en el equipo”.

Evelin asiente mientras escucha a Silvia. Tiene 24 años, es peruana y hace más de una década que reside en España. Esta madre soltera, con un hijo que en mayo hará tres años, está encantada con la experiencia laboral en Ronda de Atocha. “He tenido trabajos relacionados con labores de limpieza, me encontraba desempleada y ahora estoy feliz en Humana”, reconoce. Por las mañanas está ocupada en la tienda y en su tiempo libre estudia a distancia un grado superior en higiene bucodental.
“Conocía el trabajo que hace la Fundación, porque en ocasiones he donado ropa de bebé”, explica. “Nunca había trabajado en una tienda así que no he dejado de aprender cosas nuevas desde el primer día. Estoy muy contenta, tengo una buena relación con las compañeras, estoy adquiriendo experiencia en la atención al cliente… ¡No puedo pedir más!”.